
La obsolescencia programada ¿Es real?

Tu producto parece estar en perfectas condiciones hasta que un día… Empieza a dar problemas. ¿Te ha pasado alguna vez? Quizás se trate de un fallo programado
La obsolescencia programada o planificada es una acción premeditada por la empresa fabricante de un producto para que éste deje de funcionar correctamente cuando alcance una determinada fecha. ¿Su finalidad? reducir su vida útil y, si tienen suerte, que les compres el mismo producto nuevamente.
Suena muy poco ético, pero es una práctica bastante utilizada. O al menos existen bastantes teorías que apuntan a su uso en el mercado. Veamos algunos ejemplos.
En el sector alimenticio, tenemos las fechas de caducidad o “fecha de consumo preferente” descritas en la etiqueta en cualquier producto envasado común del supermercado. Esto puede considerarse un tipo de obsolescencia artificial o psicológica, ya que muchos alimentos a pesar de estar supuestamente vencidos por fecha, siguen conservando la integridad de sus virtudes nutritivas y sanitarias. El economista de la teoría del decrecimiento Serge Latouche señala que es también una estrategia de obsolescencia programada frecuente en el consumo de lácteos y yogures, pero también en el de cualquier otro alimento envasado.
También tenemos a los electrodomésticos. Los refrigeradores, lavadoras, microondas y hasta el aire acondicionado de hace unas décadas podían durar perfectamente 15 o 20 años sin problemas, mientras que las actuales no pasan cinco años sin sufrir algún problema. Otro ejemplo que apunta directamente a una empresa es el caso de las máquinas para hacer helado de McDonalds. Nos imaginamos que también te ha pasado: Vas a McDonalds, pides tu hamburguesa, papas y se te antoja un helado soft. Pero para sorpresa de todos, la máquina está (aún) averiada. Por lo mismo se concluye que estas máquinas fueron diseñadas para ser descompuestas, necesitando reparación exclusiva de la compañía Taylor sin que esta esté averiada realmente.
Ahora, a lo que nos importa: La obsolescencia de componentes eléctricos y electrónicos. Con esto nos referimos a computadores portátiles, teléfonos móviles, entre otros. La mayoría de sus componentes en lugar de ser duraderos y reparables, son descartables. Su durabilidad general es considerablemente menor con cada nuevo modelo estrenado, y al llevarlos a su servicio técnico la respuesta no varía: Resulta más rentable comprar uno nuevo que arreglarlo. Entre el valor de la mano de obra y las piezas específicas requeridas, conviene mantenerse al día con los nuevos modelos. Pero, ¿te conviene a tí o a las empresas?
La obsolescencia programada en componentes eléctricos y electrónicos en ciertas circunstancias es completamente aceptada por la comunidad como una normalidad: Te dejamos como ejemplo la norma de dejar de actualizar el sistema operativo de un móvil pasado su tiempo de vigencia.
Y tú, ¿tienes otros ejemplos en mente?